Suena el despertador y te obliga a levantarte de la cama; te arrastras hasta la cocina, donde te espera tu cafetera. Abres el paquete de café molido, echas un poco en el filtro, llenas la cafetera de agua y la pones en marcha antes de regresar a tu habitación y prepararte para un nuevo día. Cuando llega el momento de tomarte el café, ¿cuántas veces te terminas toda la cafetera? Hay una refrán que dice que el que más café bebe del mundo es el fregadero. Y, aunque la situación nos haga reír porque reconocemos que de algo nos suena, si nos paramos a pensar realmente en el tiempo, energía y recursos necesarios para cultivar y también para preparar el café, resulta que pasa a ser algo mucho menos trivial.
La visión del café que tenemos en Nespresso es muy amplia: va desde los agricultores que plantan la primera semilla y llega hasta ti, que tomas el primer sorbo, pasando por todo lo que hay en medio y también más allá. Por eso precisamente hemos creado nuestros sistemas en cápsulas: la cantidad exacta de agua, de café molido y de energía dan como resultado la porción perfecta. Ni más ni menos.



Y para añadir a las ventajas de nuestros sistemas porcionados, nuestras cápsulas de aluminio y los residuos de café usado son reciclables. Esta es la razón de que, al final, menos es en realidad mucho más. Menos desperdicios y más sabor con solo apretar un botón.
Por lo tanto, cuando se haya dicho y hecho todo, asegúrese de que es usted quien disfruta esa taza de café, no el lava platos de su cocina.